Hijos de Shanghai es una serie que nace de la curiosidad por los viajeros y exploradores que, en épocas lejanas, se aventuraron hacia lo desconocido, llegando a la exótica China y trayendo consigo historias, símbolos y recuerdos. Estas cerámicas son la prolongación tangible de mis cuadros en óleo de gran formato: figuras que condensan en su pequeño tamaño la misma fuerza narrativa.
En este juego de escalas, la cerámica actúa como un puente: traslada la atmósfera de mis cuadros a un formato íntimo, cercano, que se puede recorrer con la mirada y la mano. Hijos de Shanghai invita a imaginar nuevas travesías, a revivir la fascinación de quienes partieron sin saber qué encontrarían, y a recordar que todos, de alguna forma, llevamos dentro un viajero que cruza continentes de memoria y sueño.